El papel, superficie de inscripción, es donde dibujo gestos, ideas, pensamientos.
Los dibujos se convierten así en escrituras.
Anotaciones que alojan paisajes, relato, naturaleza.
Cargan con historia, con recuerdos afectivos atesorados.
Luego los intervengo con formas de color.
En tanto cuerpos trasparentan aquello que ocultan y ocultan lo que intentan nombrar.
Entre la revelación y el ocultamiento.
Entre el olvido y la memoria.
Dibujar tiene que ver con devenir, con hacerse, precisamente porque no podemos ser:
un niño, un loco, un pájaro, un animal, una montaña. Y con un poco de suerte podemos hacernos el aire que envuelve la montaña o el águila que la sobrevuelan en círculos. John Berger.